LA GRAN
TRAICION DEL OCCIDENTE
por Mordechai Kedar
Desde que se firmó el acuerdo de Ginebra entre Irán y el grupo de seis países al final de la semana pasada, los medios de comunicación del mundo han venido discutiendo el acuerdo y la flexibilización de las sanciones, lo que Irán dará en retorno y la capacidad - que existe o no existe - para supervisar si los iraníes, que han mentido y engañado al mundo durante muchos años ejecutarán fielmente a lo que se acordó y firmó. Hubo quienes se preguntaron sobre la ausencia de la demanda de que Irán desmantelara el reactor de plutonio en Arak, cuyo propósito es solamente militar, y hubo quienes comenzaron a calcular el tiempo necesario para que los iraníes renovaran la actividad hacia la producción de una bomba. Los medios de comunicación del mundo estaban ocupados con la preocupación de Israel, la rabia de los sauditas y de la gente en los Emiratos del Golfo. Como Israel no es parte del acuerdo todo el mundo se pregunta lo que Israel hará.
El elemento común entre la mayoría de quienes han estado discutiendo el problema es que todo el mundo ve sólo dos lados, Irán y Occidente y reflexiona sobre cuál de estos dos lados ha ganado más con este acuerdo. La mayoría de los comentaristas han ignorado a la tercera parte, grande pero silenciosa, dolorosa y obediente, que ha experimentado una importante derrota como resultado del acuerdo. Este grupo es la mayoría de los iraníes,80 millones. No es ningún secreto que la gran mayoría de los ciudadanos iraníes odian al régimen de los ayatolás con todo su corazón y de vez en cuando expresan ese odio con manifestaciones y disturbios callejeros, como los que barrieron las calles de Irán después de las elecciones para la Presidencia en junio de 2009 y que provocó la muerte de cientos de manifestantes que fueron campeones de la libertad y con hambre de libertad.
Ellos, los inquietos jóvenes hombres y mujeres, completamente seculares, aspiran a la libertad pero siguen viviendo bajo la opresión. Educados pero desempleados, sufren de la terrible corrupción del régimen de los ayatolás y se yrnian la gran esperanza de que las sanciones económicas contra el régimen lo asfixien y lo lleven a su fin. Esto no era una esperanza remota: en el pasado se supo que a la altura de la ola de manifestaciones de protesta por el robo de las elecciones en las que Mahmoud Ahmadinejad fue 'reelegido' en 2009, los gobernantes de Irán tenian dos jets preparados para abandonar el país y escapar de las masas furiosas.
por Mordechai Kedar
Desde que se firmó el acuerdo de Ginebra entre Irán y el grupo de seis países al final de la semana pasada, los medios de comunicación del mundo han venido discutiendo el acuerdo y la flexibilización de las sanciones, lo que Irán dará en retorno y la capacidad - que existe o no existe - para supervisar si los iraníes, que han mentido y engañado al mundo durante muchos años ejecutarán fielmente a lo que se acordó y firmó. Hubo quienes se preguntaron sobre la ausencia de la demanda de que Irán desmantelara el reactor de plutonio en Arak, cuyo propósito es solamente militar, y hubo quienes comenzaron a calcular el tiempo necesario para que los iraníes renovaran la actividad hacia la producción de una bomba. Los medios de comunicación del mundo estaban ocupados con la preocupación de Israel, la rabia de los sauditas y de la gente en los Emiratos del Golfo. Como Israel no es parte del acuerdo todo el mundo se pregunta lo que Israel hará.
El elemento común entre la mayoría de quienes han estado discutiendo el problema es que todo el mundo ve sólo dos lados, Irán y Occidente y reflexiona sobre cuál de estos dos lados ha ganado más con este acuerdo. La mayoría de los comentaristas han ignorado a la tercera parte, grande pero silenciosa, dolorosa y obediente, que ha experimentado una importante derrota como resultado del acuerdo. Este grupo es la mayoría de los iraníes,80 millones. No es ningún secreto que la gran mayoría de los ciudadanos iraníes odian al régimen de los ayatolás con todo su corazón y de vez en cuando expresan ese odio con manifestaciones y disturbios callejeros, como los que barrieron las calles de Irán después de las elecciones para la Presidencia en junio de 2009 y que provocó la muerte de cientos de manifestantes que fueron campeones de la libertad y con hambre de libertad.
Ellos, los inquietos jóvenes hombres y mujeres, completamente seculares, aspiran a la libertad pero siguen viviendo bajo la opresión. Educados pero desempleados, sufren de la terrible corrupción del régimen de los ayatolás y se yrnian la gran esperanza de que las sanciones económicas contra el régimen lo asfixien y lo lleven a su fin. Esto no era una esperanza remota: en el pasado se supo que a la altura de la ola de manifestaciones de protesta por el robo de las elecciones en las que Mahmoud Ahmadinejad fue 'reelegido' en 2009, los gobernantes de Irán tenian dos jets preparados para abandonar el país y escapar de las masas furiosas.
Ahora,
tras el acuerdo que fue firmado en Ginebra, se relajan las sanciones y el
régimen está empezando a respirar más fácilmente. El Rial iraní - que había
perdido la mitad de su valor en los últimos años - se levantó la semana pasada
en un dos por ciento. El optimismo económico causó que nueva sangre fluya en
las venas obstruidas del régimen, y todos los solicitantes de la libertad en
Irán sienten que ha sido desperdiciada una oportunidad histórica para librarse
de los fanáticos oscuros que gobiernan sus vidas y muertes. Las sanciones, que
fueron un arma no-violenta, podrían haber sometido a uno de los regímenes más
violentos del mundo, si los países occidentales las habían mantenido.
Pero Occidente ha demostrado otra vez su cara fea y el hecho de que el dinero es más importante en sus ojos que los valores morales: los contratos con el régimen de los ayatolás han cegado a los líderes de los países occidentales que no ven los derechos de los iraníes la misma libertad como los ciudadanos de Occidente. Por un puñado de petrodólares iraníes los políticos prefieren eliminar de la lista de demandas, el derecho de los ciudadanos de Irán a disfrutar de los valores de la democracia que disfrutan los ciudadanos de Occidente. En el pasado el oeste habría examinado el comportamiento de los países con una larga serie de asuntos relacionados con los derechos humanos y las libertades políticas civiles y tomaba conclusiones económicas según el cumplimiento de un país con estándares éticos.
El acuerdo de Ginebra rasgó la máscara de la cara de la hipocresía que hoy caracteriza el comportamiento político de muchos políticos en el oeste. Desde su punto de vista los 80 millones de iraníes pueden seguir viviendo una vida de miseria, opresión y degradación bajo un régimen ilegítimo, cruel y sanguinario que propaga terror y muerte en todo el mundo y es directamente o indirectamente responsable por el asesinato de miles de seres humanos en Siria, en Iraq, en Yemen, en Israel y en muchos otros países. El oeste de hoy ha perdido la fe en los valores que lo sostienen y sobre el cual su cultura fue fundada, y están dispuesto a hacer negocios con asesinos en masa por la ganancia económica que vendrá con el resultado de estos acuerdos. Dinero los ayatolás es lo que es importante, y por lo tanto, su régimen es también y al diablo con 80 millones de iraníes y su derecho a vivir una vida de libertad.
Pero Occidente ha demostrado otra vez su cara fea y el hecho de que el dinero es más importante en sus ojos que los valores morales: los contratos con el régimen de los ayatolás han cegado a los líderes de los países occidentales que no ven los derechos de los iraníes la misma libertad como los ciudadanos de Occidente. Por un puñado de petrodólares iraníes los políticos prefieren eliminar de la lista de demandas, el derecho de los ciudadanos de Irán a disfrutar de los valores de la democracia que disfrutan los ciudadanos de Occidente. En el pasado el oeste habría examinado el comportamiento de los países con una larga serie de asuntos relacionados con los derechos humanos y las libertades políticas civiles y tomaba conclusiones económicas según el cumplimiento de un país con estándares éticos.
El acuerdo de Ginebra rasgó la máscara de la cara de la hipocresía que hoy caracteriza el comportamiento político de muchos políticos en el oeste. Desde su punto de vista los 80 millones de iraníes pueden seguir viviendo una vida de miseria, opresión y degradación bajo un régimen ilegítimo, cruel y sanguinario que propaga terror y muerte en todo el mundo y es directamente o indirectamente responsable por el asesinato de miles de seres humanos en Siria, en Iraq, en Yemen, en Israel y en muchos otros países. El oeste de hoy ha perdido la fe en los valores que lo sostienen y sobre el cual su cultura fue fundada, y están dispuesto a hacer negocios con asesinos en masa por la ganancia económica que vendrá con el resultado de estos acuerdos. Dinero los ayatolás es lo que es importante, y por lo tanto, su régimen es también y al diablo con 80 millones de iraníes y su derecho a vivir una vida de libertad.
La hipocresía
occidental ha demostrado recientemente, que la Unión Europea ha obligado a
Israel a firmar el acuerdo de 'Horizonte 2020' para participación académica con
la condición de que Israel se someta a los dictados de los europeos, que no
reconocen el derecho del pueblo de Israel a vivir en todas las partes de su
territorio histórico, como fue prometido al país en las resoluciones de San Remo, que han
estado en efecto desde 1920 y siguen siendo pertinentes. La Unión Europea no
está interesada en la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, a pesar del
hecho de que Europa no reconoce la anexión del territorio a Marruecos. Los
europeos no ven ningún problema en firmar un acuerdo con Marruecos, cuya
finalidad es aprovechar los recursos naturales del Sáhara Occidental. Dinero
ciega los ojos a los europeos a quienes no les interesa ver la ocupación
marroquí.
Europa presta atención a la 'ocupación' sólo con respecto a Israel. Turquía ha estado ocupando Chipre desde 1974 y a pesar de ello, Europa no tiene ningún problema en firmar acuerdos con empresas y organismos que están empañados por la ocupación turca. Sólo los israelíes y 'la ocupación' en Judea y Samaria, la patria histórica del pueblo judío, molesta a los europeos. Se han olvidado de que el pueblo de Israel vivió en Judea y Samaria cuando los antepasados de los europeos estaban vagando hacia el oeste desde el desierto de Asia y se apoderaron del continente europeo robando las tierras de sus residentes.
Pero el acuerdo de Ginebra trae la hipocresía occidental a un nuevo extremo: a pesar del hecho que la experiencia de la segunda guerra mundial todavía vive en la memoria histórica, pese a que todo el mundo sabe que sumisión a un dictador lo lleva a plantear mas demandas y no a sacia su sed de poder, a pesar del hecho que "la paz en nuestro tiempo" cuando se basa en concesiones a un tirano sanguinario trae 'guerra en nuestro tiempo', a pesar del hecho de que Occidente dice que es guiado por sus valores, debemos aceptar la amarga verdad: el derecho de los iraníes para liberarse del régimen opresivo no le importa realmente a ninguno de los políticos que hoy son responsables de la toma de decisiones en el oeste, y el derecho de los judíos a vivir en la tierra de sus antepasados también no les interesan. El dinero es la respuesta a todo y al infierno con la verdad y los valores humanos.
Europa presta atención a la 'ocupación' sólo con respecto a Israel. Turquía ha estado ocupando Chipre desde 1974 y a pesar de ello, Europa no tiene ningún problema en firmar acuerdos con empresas y organismos que están empañados por la ocupación turca. Sólo los israelíes y 'la ocupación' en Judea y Samaria, la patria histórica del pueblo judío, molesta a los europeos. Se han olvidado de que el pueblo de Israel vivió en Judea y Samaria cuando los antepasados de los europeos estaban vagando hacia el oeste desde el desierto de Asia y se apoderaron del continente europeo robando las tierras de sus residentes.
Pero el acuerdo de Ginebra trae la hipocresía occidental a un nuevo extremo: a pesar del hecho que la experiencia de la segunda guerra mundial todavía vive en la memoria histórica, pese a que todo el mundo sabe que sumisión a un dictador lo lleva a plantear mas demandas y no a sacia su sed de poder, a pesar del hecho que "la paz en nuestro tiempo" cuando se basa en concesiones a un tirano sanguinario trae 'guerra en nuestro tiempo', a pesar del hecho de que Occidente dice que es guiado por sus valores, debemos aceptar la amarga verdad: el derecho de los iraníes para liberarse del régimen opresivo no le importa realmente a ninguno de los políticos que hoy son responsables de la toma de decisiones en el oeste, y el derecho de los judíos a vivir en la tierra de sus antepasados también no les interesan. El dinero es la respuesta a todo y al infierno con la verdad y los valores humanos.
Traducido por Shula Hamilton
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