Monday, November 18, 2013

El DIA DE EXPIACION SHI'ITE


EL DIA DE EXPIACION SHI’ITE


por Mordechai Kedar

 

 

Esta semana, en el décimo día del mes de Muharram, el primer mes del calendario Hijri, se festeja Ashura, que es análogo al Día del Perdón o Yom Kipur y que ocurre en una fecha similar. A través del tiempo se ha convertido en un día en que se conmemora la muerte de Hussein bin Ali, líder de la secta Shi'ite. Ali fue ejecutado hace 1333 años por el ejército del régimen suní del sur de Irak. En el año 680. Hussein fue decapitado y su cabeza fue llevada ceremoniosamente a Damasco como prueba de que la ejecución  había sido realizada. El califa Yazid bin Muawiyah colocó la  cabeza de Hussein en su mesa y la dejó allí durante un mes, para que todos vieran el destino de un rebelde y disuadir al enemigo a comportarse como él lo hizo. El hecho de que Hussein era el nieto de Mahoma, Profeta del Islam, no impidió al califa  tratar de esa manera a la cabeza de Hussein.

¿Cuál es la causa del conflicto entre Shi'ite y sunitas? ¿Por qué esta crueldad terrible ha sido característica de este conflicto hasta el día de hoy?

La historia comienza en el año 632, cuando murió Mahoma. Inmediatamente después de su muerte la lucha comenzó sobre quien sucedería a la posición más poderosa en el Islam con el título de Califa y  como reemplazo de Mahoma, líder del Islam. Ali bin Abi Talib era primo y yerno de Mahoma, puesto que estaba casado con Fátima, hija del Mensajero de Allah y su primera esposa, Hadija. Fatima tuvo dos hijos con Ali, Hasan y Hussein y dos hijas - Zainab y Umm Kulthum.

Mientras Mahoma estaba todavía vivo, su hija Fátima se peleó con Aisha, última esposa de Mahoma, que era mucho más joven que ella.. Después de la muerte de Mahoma, el padre de Aisha, Abu Bakr, fue nombrado líder del Islam. Bakr obtuvo esta posición  contrariando los deseos de Fátima, que veía a su esposo Ali como el sucesor natural de Mahoma, puesto que era primo y yerno de Mahoma, así también como padre de los nietos de Mahoma.

Hubo muchas luchas entre el grupo de personas que rodeaban a los tres primeros califas, Abu Bakr, Umar y Uzmán debido a la disputa sobre quién heredaría el liderazgo familiar. Ali fue finalmente nombrado el cuarto Califa en el año 656 después de que su predecesor, Uthman, fuera asesinado. Quienes se oponían a Ali, principalmente miembros de la familia Umayyah, lo acusaban de estar involucrado en el asesinato de Uthman y durante los cinco años que gobernó, tuvo que luchar constantemente contra a sus adversarios. El gobernador de Siria, Muawiya, se rebeló y se pronunció Califa. Su hijo Yazid, era el Califa que dió las instrucciones para asesinar a Hussein bin Ali.

El asesinato de Hussein se llevó a cabo en el sur de Irak, cerca de la ciudad de Kerbala  Ali fue asesinado junto con varias docenas de sus amigos y familiares, y sólo un bebé sobrevivió para continuar la dinastía. El asesinato, que ocurrió en 680 - sigue siendo el acontecimiento definitorio para 'Ali Shi'at', 'La secta de Ali', que es el origen del nombre 'Shi'ite',  nombre de la corriente del Islam que apoya el liderazgo de los descendientes de Alí.

Este conflicto familiar ha sido permanente desde hace 1400 años. Hasta el año 1258, con la caída de Bagdad, la capital de la dinastía Abasida, todos de los califas del Islam durante más de seiscientos años pertenecían a la tribu de Mahoma, la tribu de Quraish, pero nunca fueron los descendientes de Alí. Esta situación coloca a los Shi'a en continua oposición al régimen gobernante y se convirtieron en un grupo duramente perseguido por los Sunitas a lo largo de la historia del Islam.

La lucha entre los dos grupos ha desarrollado grandes diferencias en todos los ámbitos de la vida religiosa de las dos sectas: las leyes religiosas son diferentes, la teología es diferente e incluso las escrituras básicas son diferentes: los Shi’ites afirman que los Sunitas omitieron dos capítulos del Corán donde se prometió el liderazgo a Ali y a sus descendientes, mientras que los Sunitas afirman que estos dos capítulos fueron fabricados por los Shi’ites. La ley oral también es diferente, porque cada lado inventó historias acerca de Mahoma para apoyar su posición política.

En sus oraciones, los Shi’ites maldicen a los tres primeros califas por robar el califato de Ali, y añaden pasajes que alaban y exaltan a Ali. Por lo tanto hay muchos entre los sunitas, especialmente los wahabitas de Arabia Saudita, que consideran a los Shi’ites como herejes. El régimen Saudita prohíbe a la minoría Shi'ite a recitar la llamada a la oración en voz alta, porque incluso en la llamada del muecín a la oración hay una pieza extra alabando a Ali.

Los Shi’ites conmemoran el Shura - el día de los caídos por el asesinato de Hussein bin Ali - con eventos muy impresionantes de 'ta'aziah' (consuelo). En algunos lugares se marcha por las calles golpeándose las espaldas con cuchillos y cadenas hasta el punto de sangrar y en otros lugares se reúnen y recitan lamentos, llorando y gimiendo. Todos estos eventos llevan un mensaje duro contra los sunitas, que perpetúa la hostilidad entre estos dos grupos del Islam.

Los Shi’ites son perseguidos en todos los países islámicos donde ellos no gobiernan: Saddam Hussein prohibió a los Shi’ites a conmemorar el Ashura, y en ese día los Shi'ites tenían prohibido a reunirse en las calles. Cualquier grupo de más de tres Shi'ites encontrados en público en ese día era enviado a prisión. En el Líbano, los Shi’ites eran un grupo marginal, oprimido y degradado. Este fue el fondo social que ayudó al desarrollo de Hizb'Allah, y que finalmente tomó el control del Líbano con venganza por los cientos de años de opresión y marginación.

Después de la  'Divina Victoria' de Hizb'Allah en 2006, en uno de los pueblos árabes del norte de Israel, un número de familias cambió su afiliación religiosa  al lado Shi'ite del Islam y como resultado, estas familias han sido exiliadas de la vida comunal sunita, la juventud fue expulsada de las escuelas y las tiendas en el pueblo se cerraron para ellos. Hace unos meses, en Egipto, un líder de una secta pequeña Shi'ite fue asesinado junto con varios de sus colaboradores y en Europa. Hay mezquitas que han sido construidas con dinero Saudita a condición de que no se permitirá la entrada de los Shi'ites.

El comportamiento de Irán se ajusta totalmente a la historia de la batalla entre Shi'ites y Sunitas: para el iraní, el sueño más dulce de los ayatolas Shi'ites es el control de Meca y Medina. De esa manera podrán echar a los wahabíes sunníes de estos lugares santos islámicos y restaurar a los Shi'ites, los descendientes de Alí, el cuarto Califa, al poder. Esta es la base de la gran hostilidad entre Irán y Arabia Saudita es por eso que Arabia Saudita se siente tan amenazada estos días como consecuencia del proyecto nuclear militar iraní.

Israel es el chivo expiatorio para ambas corrientes del Islam: los suníes ven Jerusalén como el tercer lugar más sagrado del Islam. Esto viene como consecuencia de los problemas políticos del siglo séptimo, cuando la casa de Umayyah, que gobernó en Damasco, adoptó a Jerusalén como el centro religioso y político para competir con Meca. Los Shi'ites - tradicionalmente - no veían a Jerusalén como un lugar sagrado, porque había sido 'santificado' por la casa de Umayyah, los asesinos despreciados de Hussein bin Ali.

Pero en la política moderna, ambos lados luchan y compiten  por la legitimidad religiosa, porque cada lado quiere presentarse como el mejor combatiente de la jihad contra los judíos. Como consecuencia también Jerusalén es ciudad 'Santa' para los Shi'ites. Irán estableció la fuerza 'Quds' ('Quds' significa 'Santo' en árabe y parte del nombre árabe de Jerusalén: al-Quds) para sembrar el terror en todo el mundo y todos los años  Hizb'Allah, desde el Líbano, organiza el "Día de Jerusalén" en conjunción con los iraníes.

Las presentes guerras políticas  entre la Sunitas y los Shi'ites aún causan miles de muertes. La guerra de ocho años (1980-1988) entre Irak, que entonces era gobernado por el sunita Saddam Hussein, y el Irán de los ayatolás Shi'ite, resultó en más de 1 millón de muertes para ambos bandos, musulmanes asesinados por otros musulmanes. Desde 2003, Irak ha renovado la guerra sectaria con los jihadistas sunitas explotando bombas en automóviles y camiones bombas en barrios Shi'ite, y en venganza, los Shi'ites explotan vehículos cargados con explosivos en las áreas sunitas. Esta guerra ha costado la vida a cientos de miles de hombres, mujeres y niños.


Los actos Shi'ites conmemorativos como la Shura (que se produce esta semana) y el cuadragésimo día después, son 'favoritos especiales' de los agentes del terror sunita, porque las masivas procesiones y grandes reuniones de Shi'ites en los ritos de ta'aziah, los hacen un blanco atractivo y eficaz para cualquiera que esté interesado en hacer daño al grupo. En el pasado era suficiente comenzar un rumor de que un terrorista se había infiltrado en la multitud de Shi'ite para provocar una estampida en las que cientos de personas se caían de los puentes o eran aplastadas.


Hay también grupos de Shi'ites en Pakistán y Afganistán. Los miembros de estos grupos son considerados impuros y las mezquitas Shi’itas en estas ciudades son blanco regular de ataques terroristas por los suníes radicales, especialmente por miembros de al-Qaeda. En el pasado, ha habido intentos para mediar y conciliar las dos corrientes del Islam, pero con la guerra en Siria durante los últimos tres años, la situación no está clara, porque en Siria, apoyada por las armas iraníes, dinero y soldados Shi'ite, los alawitas, un régimen infiel, han estado matando sin cesar a sus ciudadanos sunitas. Han provocado la muerte de unas 200 mil personas y han convertido en refugiados a millones de personas, que viven una vida llena de sufrimiento y miseria.

Hace mucho tiempo que Alí y Muawiya, califas cuarto y quinto del siglo VII están enterrados en sus tumbas , pero la lucha continua  por quien va a controlar al Islam. Las víctimas, simpatizantes y adherentes, son todas musulmanes.
 
 
Traducido por Shula Hamilton.
Editado por Edith Kogan.


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