Wednesday, February 12, 2014

LA POLITICA ESTADOUNIDENSE EN AFGANISTAN


La política estadounidense en Afganistán - conectando los puntos

Por Mordechai Kedar

Hace siete años, en 2007, en Estados Unidos, dos académicos Steven Walt de la Universidad de Harvard y John Mearsheimer de la Universidad de Chicago  publicaron un libro  titulado “El lobby Israelí  y la política exterior estadounidense",. En este libro los autores declaran que Israel y sus amigos en los pasillos del poder en Washington, en gran parte, dictan la política exterior estadounidense, especialmente en relación con la guerra en Irak.

El libro evocó muchas reacciones cuando fue publicado, algunas de las cuales fueron positivas y algunas negativas,  con un desacuerdo menor sobre los hechos y su interpretación. Los autores ganaron amplio reconocimiento, negativo o positivo, según el punto de vista del lector.

Esta semana, Steven Walt publicó un importante artículo en la revista "Foreign Policy" en el que describe los diez errores más grandes que ha hecho Estados Unidos en Afganistán, con el trasfondo de la decisión del Presidente Obama de retirarse de este país al final del 2014. Walt mantiene al principio del artículo que la guerra no terminó bien, y que Estados Unidos no podrá derrotar a los talibanes; en cambio, los talibanes establecerán un Estado de terror de al-Qaeda en Afganistán.

La posición de las relaciones entre Estados Unidos y el presidente afgano, Hamid Karzai esta deteriorándose.  Karzai no acepta que las fuerzas estadounidenses se queden en su país, y últimamente ha comenzado a decir que los Estados Unidos es responsable por la muerte de sus ciudadanos. Esto es muy penoso para muchos estadounidenses, teniendo en cuenta lo que Estados Unidos ha invertido en Afganistán, la sangre de sus soldados y miles de millones de dólares. Walt enumera diez razones del fracaso estadounidense.

La primera es que Estados Unidos entró en la batalla sola. Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 los miembros de OTAN ofrecieron a los Estados Unidos  participar en la guerra contra los talibanes y al-Qaeda, pero el  Ministro de defensa, Donald Rumsfeld cortésmente rechazó la sugerencia, pensando que Estados Unidos podría enfrentar solo el problema. Sólo después  que estalló la guerra en Irak en marzo de 2003 Rumsfeld aceptó fuerzas adicionales en Afganistán, pero para entonces ya era demasiado tarde, puesto que los talibanes  habían comenzado a regresar a su antigua fuerza con el agregado de fuerzas adicionales de sus aliados.

La segunda razón es la fuga de bin Laden en las montañas de Tora Bora y el fracaso estadounidense en eliminarlo durante la primera fase de la guerra. Si bin Laden hubiera sido eliminado en la primera fase habría sido más fácil para los americanos eliminar al-Qaeda. En mi opinión Walt  está errado  en esta declaración, porque la eliminación de bin Laden en cualquier punto en el tiempo no habría destruido la idea de al-Qaeda de la jihad global.

La tercera razón es la Constitución afgana de 2004, que otorga al Presidente la autoridad general y no toma en cuenta los deseos de la población, que están interesados en la  autonomía a nivel local. La administración de Karzai no era capaz de gobernar el Estado efectivamente y por lo tanto se convirtió en un Estado corrupto. La economía no se desarrolló y se convirtió en un Estado dependiente de donaciones provenientes del extranjero.

Walt erró seriamente sobre este punto: los Estados Unidos deberían de haber  introducido la división de Afganistán en Estados separados, uno para cada uno de los grupos étnicos, similar a lo que ocurrió con la Unión Soviética, Yugoslavia y Checoslovaquia y no sólo  concederles autonomía local.

La cuarta razón que Walt identifica con el fracaso estadounidense es la invasión de Irak, que desvía las fuerzas y las operaciones de inteligencia de Afganistán a Irak. En mi opinión es difícil tomar esta posición en serio,  porque la fuerza conjunta de Estados Unidos y la OTAN ciertamente pueden lidiar con dos frentes simultáneamente.

La quinta razón es el hecho de que Obama no aumentó las fuerzas suficientemente como para eliminar a los talibanes en 2009, y las fuerzas que añadió no fueron suficientes para hacer frente al apoyo que  los talibanes recibieron del territorio paquistaní. Sobre este punto, estoy de acuerdo con Walt.

La sexta razón es el hecho de que Obama fijó una fecha para la retirada de Afganistán. El mensaje que envió a los talibanes es que sus combatientes tenían que tener paciencia  y sobrevivir hasta la fecha indicada para asumir el control del país después  que los Estados Unidos se retirara. Walt está acertado en este punto también. Quien muestra sus cartas está siempre en  desventaja.

La séptima razón que Walt afirma es que Estados Unidos no había actuado  lo suficiente como para promover el proceso de paz y reconciliación en Afganistán en las corrientes más moderadas del Talibán y segmentos adicionales de la población. Walt está totalmente equivocado en este punto, porque asume que un segmento moderado será capaz de dictar la política a un grupo violento. Esto es imposible, porque en cualquier conflicto entre un moderado y un agente violento, gana el violento.

El octavo es el fracaso de Bush y Obama de convencer al público estadounidense de la necesidad de la guerra en Afganistán tras el apoyo inicial a finales de 2001 y tras los atentados del 11 de septiembre. Con el pasar del tiempo Bush perdió el apoyo del público, que no veía la razón de la guerra. Obama intentó justificar la continuación de la guerra citando el peligro de que al-Qaeda se estableciera en  Afganistán, pero en 2009 al Qaeda ya tenía alternativas que eran Pakistán e Irak. En ese momento, el público estadounidense no creyó que la meta podría ser alcanzada y por lo tanto, redujo su apoyo a la guerra.

La novena razón es el hecho de que el gobierno que Estados Unidos había establecido en Afganistán era débil, y el régimen dependía del apoyo estadounidense para no colapsar. El  error de Walt es que por su propia naturaleza, un régimen en un país tan complejo como Afganistán no puede ser fuerte, porque la población está dividida y hay muchos grupos que no consideran el régimen legítimo.

La décima razón es que con el pasar de los años  hubo y hay muchas contradicciones e inconsistencias en la política norteamericana hacia Afganistán.

Walt ve los puntos pero no los conecta: el error primario y básico de Walt es opinar que Afganistán podría ser un Estado unificado en vez de dividirlo en Estados independientes basados en el origen étnico, y todos los errores que nota son el resultado de este concepto básico.

Walt demuestra erudición sobre las acciones de los Estados Unidos, pero en su artículo es claro que tiene sólo un conocimiento parcial de los problemas verdaderos de Afganistán, y en esto aparentemente no es diferente de muchas decisiones en Washington, que, como él, ven los puntos, pero no siempre logran conectarlos

 

 

Traducido por Shula Hamilton

 

 

El día domingo, 9 de febrero de 2014 21:00, Shula Hamilton <shulah2@gmail.com> escribió:

Hola Hermana: Podes revisarlo? Muchas gracias. Shula.

La política estadounidense en Afganistán - conectando los puntos

Por Mordechai Kedar

Hace siete años, en 2007, en Estados Unidos, dos académicos Steven Walt de la Universidad de Harvard y John Mearsheimer de la Universidad de Chicago  publicaron un libro  titulado “El lobby Israelí  y la política exterior estadounidense",. En este libro los autores declaran que Israel y sus amigos en los pasillos del poder en Washington, en gran parte, dictan la política exterior estadounidense, especialmente en relación con la guerra en Irak.

El libro evocó muchas reacciones cuando fue publicado, algunas de las cuales fueron positivas y algunas negativas y con un desacuerdo menos sobre los hechos sobre su interpretación. Los autores ganaron amplio reconocimiento, negativo o positivo, según el punto de vista del lector.

Esta semana, Steven Walt publicó un importante artículo en la revista "Foreign Policy" en el que describe los diez errores más grandes que ha hecho Estados Unidos en Afganistán, con el trasfondo de la decisión del Presidente Obama de retirarse de este país al final del 2014. Walt mantiene al principio del artículo que la guerra no terminó bien, y que Estados Unidos no podrá derrotar a los talibanes; en cambio, los talibanes establecerán un estado de terror de al-Qaeda en Afganistán.

La posición de las relaciones entre Estados Unidos y el presidente afgano, Hamid Karzai esta deteriorándose: Karzai no acepta que las fuerzas estadounidenses se queden en su país, y últimamente ha comenzado a decir que los Estados Unidos es responsable por la muerte de sus ciudadanos. Esto es muy penoso para muchos estadounidenses, teniendo en cuenta lo que Estados Unidos ha invertido en Afganistán la sangre de sus soldados y miles de millones de dólares. Walt enumera diez razones por el fracaso estadounidense.

La primera es que Estados Unidos entró en la batalla sola. Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 los miembros de OTAN ofrecieron a los Estados Unidos a participar en la guerra contra los talibanes y al-Qaeda, pero el  Ministro de defensa, Donald Rumsfeld cortésmente rechazó la sugerencia, pensando que Estados Unidos podría enfrentar solo el problema. Sólo después de que estalló la guerra en Irak en marzo de 2003 Rumsfeld aceptó fuerzas adicionales en Afganistán, pero para entonces ya era demasiado tarde, puesto que los talibanes  habían comenzado a regresar a su antigua fuerza con el agregado de fuerzas adicionales de sus aliados.

La segunda razón es la fuga de bin Laden en las montañas de Tora Bora y el fracaso estadounidense en eliminarlo durante la primera fase de la guerra. Si bin Laden hubiera sido eliminado en la primera fase habría sido más fácil para los americanos eliminar al-Qaeda. En mi opinión Walt erra en esta declaración, porque la eliminación de bin Laden en cualquier punto en el tiempo no habría destruido la idea de al-Qaeda de la jihad global.

La tercera razón es la Constitución afgana de 2004, que otorga al Presidente las autoridades generales y no toma en cuenta los deseos de la población, que están interesados en autonomía a nivel local. La administración de Karzai no era capaz de gobernar el estado efectivamente y por lo tanto se convirtió en un estado corrupto. La economía no se desarrolló y se convirtió en un estado dependiente de donaciones provenientes del extranjero.

Walt erró seriamente sobre este punto: los Estados Unidos deberian de haber traído introducido la división de Afganistán en estados separados, uno para cada uno de los grupos étnicos, similar a lo que ocurrió con la Unión Soviética, Yugoslavia y Checoslovaquia y no sólo  concederles autonomía local.

La cuarta razón que Walt identifica el fracaso estadounidense es la invasión de Irak, que desvía las fuerzas y las operaciones de inteligencia de Afganistán a Irak. En mi opinión es difícil tomar esta posición en serio,  porque la fuerza conjunta de Estados Unidos y la OTAN ciertamente pueden lidiar con dos frentes simultáneamente.

La quinta razón es el hecho de que Obama no aumentó las fuerzas suficientemente como para eliminar a los talibanes en 2009, y las fuerzas que añadió no fueron suficientes para hacer frente al apoyo que  los talibanes recibieron del territorio paquistaní. Sobre este punto, estoy de acuerdo con Walt.

La sexta razón es el hecho de que Obama fijó una fecha para la retirada de Afganistán. El mensaje que envió a los talibanes es que sus combatientes tenían que tener paciente y sobrevivir hasta la fecha indicada para asumir el control del país después de que los Estados Unidos se retirara. Walt es correcto en este punto también. Quien muestra sus cartas está siempre a la desventaja.

La séptima razón que Walt afirma es que Estados Unidos no había actuado  lo suficiente como para promover el proceso de paz y reconciliación en Afganistán en las corrientes más moderadas del Talibán y segmentos adicionales de la población. Walt está totalmente equivocado en este punto, porque asume que un segmento moderado será capaz de dictar la política a un grupo violento. Esto es imposible, porque en cualquier conflicto entre un moderado y un agente violento, gana el violento.

El octavo es el fracaso de Bush y Obama de convencer al público estadounidense de la necesidad de la guerra en Afganistán tras el apoyo inicial a finales de 2001 y tras los atentados del 11 de septiembre. Con el pasar del tiempo el Bush perdió el apoyo del público, que no veía la razón por la guerra. Obama intentó justificar la continuación de la guerra citando el peligro de que al-Qaeda se estableciera en  Afganistán, pero en 2009 al Qaeda ya tenía alternativas que eran Pakistán e Irak. En ese momento, el público estadounidense no creyó que la meta podría ser alcanzada y por lo tanto, redujo su apoyo a la guerra.

La novena razón es el hecho de que el gobierno que Estados Unidos había establecido en Afganistán era débil, y el régimen dependía del apoyo estadounidense para no colapsar.El  error de Walt es que por su propia naturaleza, un régimen en un país tan complejo como Afganistán no puede ser fuerte, porque la población está dividida y hay muchos grupos que no consideran el régimen legítimo.

La décima razón es que con el pasar de los años  hubo y hay muchas contradicciones e inconsistencias en la política norteamericana hacia Afganistán.

Walt ve los puntos pero no los conecta: el error primario y básico de Walt es opinar que Afganistán podría ser un estado unificado en vez de dividirlo en estados independientes basados en el origen étnico, y todos los errores que nota son el resultado de este concepto básico.

Walt demuestra erudición sobre las acciones de los Estados Unidos, pero desde su artículo es claro que tiene sólo un conocimiento parcial de los problemas verdaderos de Afganistán, y en esto aparentemente no es diferente de muchas decisiones en Washington, que, como él, ven los puntos, pero no siempre logran conectarlos

 

 

Traducido por Shula Hamilton